martes, 18 de junio de 2013

Huir, ¿a dónde?

Sígueme mar adentro,
donde no sopla el viento.
Protegido por las olas,
no me dejes morir a solas.

Sígueme a la ciudadela,
donde las luces me desvelan.
Protegido por el anonimato,
por el día bueno y por la noche malo.

Sígueme a la montaña,
donde la gente no me engaña.
Protegido por su soledad,
encuentro un nuevo templo en paz.

Sígueme si quieres. Sígueme.
Siempre huyendo, y ya no sé a donde huir
Sígueme si puedes. Sígueme.
Siempre huyendo, y siempre huyendo de mi. 

2 comentarios:

  1. No puedo evitar preguntarme si has escrito esto a partir de lo que yo te he dicho por Twitter -no creo, no soy tan relevante, ¿verdad?-, al igual que no puedo evitar preguntarme por qué o por quién huyes. ¿O es que simplemente eres incapaz de evitar ser siempre el poeta triste?

    Sea como sea... Nos vemos pronto. Espero que no te cierres a la hora de dar explicaciones. O dejarte ayudar.
    <3

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    Respuestas
    1. Ya tenía pensado escribirlo. Si tuviese la respuesta a esa pregunta simplemente no hubiese escrito esto. Así que dejo la respuesta abierta a interpretaciones.

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