donde no sopla el viento.
Protegido por las olas,
no me dejes morir a solas.
Sígueme a la ciudadela,
donde las luces me desvelan.
Protegido por el anonimato,
por el día bueno y por la noche malo.
Sígueme a la montaña,
donde la gente no me engaña.
Protegido por su soledad,
encuentro un nuevo templo en paz.
Sígueme si quieres. Sígueme.
Siempre huyendo, y ya no sé a donde huir
Sígueme si puedes. Sígueme.
Siempre huyendo, y siempre huyendo de mi.