Dime querida, ¿alguna vez te has fijado en mi?
Me lo imaginaba...
No hay escusas en un día como este, no quiero que haya dolor. No quiero llanto, ni gloria, ni voz. Que no, que para mi nunca ha habido amor. He descubierto la vacuna contra la desazón y ahora estoy mucho mejor. Olvídame, yo lo haré. Pero recuerda estas palabras bella mía, nunca volveré. Soy más efímero que el humo, y más esquivo que los gatos. Soy aquel que se marcha con la luna, y no vuelve con el sol. El que un día creíste conocer, y más tarde te sorprendió. Recuérdame amiga mía, recuérdame, porque mañana no me recordaré ni yo.
El final ha llegado. Para bien. Para mal. ¿Quién sabe?
Solo es otro final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario