Dame un pequeño beso en la mejilla,
no dejes que la gente se percate.
Aparquemos los deseos en la orilla,
disimulemos, y nos vemos otro día.
No dejemos los sentimientos de lado,
puede que no sea tarde todavía.
Amantes con un destino cruzado,
el cual divide tu vida y divide la mía.
Bienvenida eres a mi casa mi amor,
donde las paredes nacieron sordas
podremos posponer por siempre el despertador,
y olvidar el tener que vernos a escondidas.
Una noche más es lo que nos queda.
Y quien fuese a pensar que tu boda
sería con un hombre que yo no fuera.
Es tiempo de decidir, por favor, elígenos ahora.