Apedréame.
Como si fuese un infiel.
Que mi diosa me dio de lado,
pero yo a otras jamás adoré.
Átame.
Como si fuese un fugitivo.
Un rondador de corazones,
siempre el mismo acto delictivo.
Suéñame.
Como si no estuviese nunca contigo
en esas noches tan frías,
que tu precisas de mi abrigo.
Y por último, ámame.
Como si yo no te amará,
que el amor no correspondido,
es el anhelo de la enamorada.